EL ELIXIR DE LA COMUNICACIÓN
Ni la vida ni la historia son como esperamos
Mar Meneses y Pere Ferreres
    
    PERE FERRERES
    “La complicidad con los espectadores es el elixir de la comunicación”
    En el momento de poner punto
 final a mi etapa de comentarista de basket en TVE, me apetece hacer una
 reflexión sobre unos años que me han permitido
    coleccionar sensaciones. Nunca me gustó llevar la 
cuenta de partidos transmitidos, jamás me sentí un matemático frustrado.
 Prefería poder establecer complicidad con los
    espectadores, que es como encontrar el elixir de la comunicación.
    El elogio y la crítica han 
sido eternos compañeros de viaje. Algunos criticaron mi partidismo 
afectivo. Mi compromiso fue apostar por unas transmisiones
    objetivas profesionalmente. En 1998 comenté un Pamesa – Joventut en 
Valencia y defendí a Alfred Julbe, criticado por hablar del escritor 
Miguel Delibes. Dije que cada vez que alguien propina un
    golpe bajo a la cultura nos damos un golpe a nosotros mismos. Me 
acusaron de hacer comentarios fascistas. Por entonces, ya había 
entendido el mensaje de William Faulkner: “Se puede
    confiar en las personas malas. No cambian nunca”.
    Comenté triples históricos 
como el de Nacho Solozábal en Valladolid en 1988 y títulos europeos como
 el de la Penya en Tel Aviv en 1994. En un Madrid –
    Barça de 1997 expliqué que Bodiroga buscaba la penetración, la mejor
 manera de deshacer un empate a 69, y también critiqué la erótica del 
poder cuando se hacía un uso fraudulento.
    Ahora se termina una etapa. Vivimos tiempos difíciles para la profesión de periodista y será necesario defender la libertad de
    expresión ante aquellos que la quieren secuestrar y 
únicamente la reclaman en beneficio propio. Yo no dejaré de defenderla, 
pero a partir de ahora ya no lo haré como comentarista de
    basket.
    
    MAR MENESES
    "La sed de saber"
    Reflexionar sobre uno mismo.
 Esa es una necesidad que apareció ya con el romanticismo. Reflexionar 
sobre los propios orígenes, la sustancia propia.
    Hace años, Nicola Casanova le preguntó a Günter Grass, escritor involucrado con su tiempo, si escribía mucho con los
    recuerdos. Y el autor de “El tambor de hojalata” y “El rodaballo” contestó:
    -Es al revés. Me acuerdo cuando escribo.
    La conciencia del mundo aumenta, se enriquece con todas las cosas que recordamos al escribir.
    A veces tengo la impresión, 
Pere, de que has aprendido de basket cultivándote a ti mismo por el 
periodismo. Pero también sé que nunca has estado expuesto
    al peligro de la autocomplacencia.
    Tenemos la suerte de que 
todo lo que sabemos y todo lo que necesitamos para nuestro modo de 
existencia lo hemos conquistado con nuestro propio trabajo, con
    el esfuerzo diario.  Y nuestra necesidad de saber se conserva.
    No hay punto cero.
 No lo hay en la historia ni en el basket ni en el periodismo ni en la
    economía. Una potencia económica, incluso en estado de destrucción, 
no deja de ser una potencia y es posible reconstruirla sobre bases 
parecidas.
    Puede que el periodismo viva
 cortes radicales, pero esos cambios serán el verdadero motor del 
periodismo del futuro. Este es un tiempo de reflexión, pero
    los cajones del periodismo nunca estarán vacíos.

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