RAFA BLANCO Y RADIANTE
El pívot cordobés, formado en la cantera del Maristas, analiza sus primeras semanas en el Real Madrid. “El nivel es muy alto. Es muy exigente, pero esto es el Real Madrid”.

Artículo R. Blanco
Apenas un par de meses le han bastado a Rafael Blanco para entender dónde está, para comprender la grandeza del mejor club del mundo, del más laureado del baloncesto europeo, un aura de leyenda de la que el pívot cordobés ya forma parte y cuyos valores ha asimilado consciente de la enorme oportunidad que se le ha presentado en su carrera.
El jugador formado en la cantera del Maristas disfruta el momento, exprimiendo sus primeras semanas en la entidad blanca a la que llegó el pasado mes de septiembre. Y eso que a Rafa lo querían el Cajasol, el Unicaja y varios equipos más de la ACB, pero cuando su familia fue invitada a visitar las instalaciones que el Real Madrid tiene reservadas para los jugadores becados, la elección fue inmediata.
“Estoy muy contento. Creía que las primeras semanas iban a ser más  difíciles, pero la verdad es que me va muy bien”, dice Blanco, quien ya  había mantenido un primer contacto con el Madrid el año pasado, cuando  fue invitado para disputar la Minicopa con el conjunto blanco. Ahí  empezó a gestarse un fichaje que se cerró el pasado verano y que ha  llevado al pívot cordobés a la disciplina madridista. 
Y eso que durante muchos años las condiciones en las que el Real Madrid  mantenía a los chicos llegados de otras provincias para sus secciones de  fútbol o baloncesto dejaban mucho que desear, pero las cosas han  cambiado. Rafa vive en unas instalaciones modélicas, en la residencia de  estudiantes del prestigioso SEK El Castillo, un colegio de altísimo  nivel en el que compatibiliza sus estudios de 3º de la ESO con los  entrenamientos y en el que tutores personalizados velan para que los  libros nunca queden en un segundo plano. 
“Cuando llegué en septiembre todavía no había empezado el colegio y  comenzamos la pretemporada con días más tranquilos, pero ahora ya  tenemos una rutina más dura”, dice el pívot cordobés sin poner ni una  mala cara a una agenda sin resquicios. “A las ocho tenemos entrenamiento  de técnica individual, y luego tenemos las clases de 9:30 a 17:15.  Entonces volvemos a la residencia para estudiar o para hacer la mochila e  irnos al entrenamiento de tarde”, relata Rafa consciente de que el  sacrificio merece la pena, “porque ponerme la camiseta blanca significa  mucho”. “Al principio, cuando me dieron la equipación, la veía y no me  lo creía, pero ahora veo entrenar al primer equipo, con los jugadores de  la Euroliga, y lo voy asimilando”, señala Blanco definitivamente  hechizado por la magia blanca. 
Y eso que antes de viajar a Madrid Blanco era un gran seguidor… del  Barcelona, “pero los gustos cambian y ahora soy muy madridista”. La  adaptación fue sencilla, porque tras su paso por la Minicopa con el  equipo infantil, la llegada al cadete B del club blanco fue un paso  natural, “porque ya conocía a los compañeros y me acogieron muy bien.  Somos una piña”. Esa unión también facilitó la siempre difícil  aclimatación a un nuevo equipo y a un reto tan exigente como llegar al  Real Madrid, aunque no evitaron los lógicos nervios en los primeros  días. “No sabía qué esperaban de mí, pero tras la primera semana de  entrenamientos habló conmigo el jefe de cantera y me dijo que entrenara  como yo sabía, que me esforzara y que diera lo mejor de mí”, palabras  que reforzaron la confianza de un Rafa que insiste en que “el nivel es  muy alto, pero esto es el Real Madrid y no se puede esperar otra cosa.  Si no fuera así no valdría la pena, y además, me gusta que me den caña”. 
Pese a jugar con el cadete B, con los jugadores de primer año, Rafa ya  ha sido incluido en la primera preselección de la selección madrileña, y  en su arranque de competición oficial ha cedido mínimas derrotas ante  el Fuenlabrada y el Estudiantes (después de dos prórrogas), antes de  estrenarse frente al Torrelodones con una clara victoria por más de 40  puntos. Y lo mejor es la sensación permanente de que lo bueno no ha  hecho nada más que empezar.
Bajado de: www.andaluzabaloncesto.org
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