jueves, 29 de marzo de 2012

NOTICIAS FAB

Algunas reflexiones personales sobre los entrenadores de Formación

Por Francis Tomé (Entrenador Ayudante del Clínicas Rincón Benahavís de LEB Oro)

En el artículo técnico de esta semana, publicamos el realizado por, Francis Tomé, Entrenador Ayudante del Clínicas Rincón Benahavís de LEB Oro, titulado "Algunas reflexiones personales sobre los entrenadores de Formación".

Francis Tome
Francis Tome

Vamos volando hacia Palma de Mallorca donde jugamos esta tarde y aprovecho para escribir un encargo que me hicieron algunos amigos con el interés de poder colgar en sus webs algo sobre baloncesto. No se muy bien qué tipo de entrenadores van a leer estas palabras así que voy a dejar algunas ideas que veo en entrenadores jóvenes, algunas actitudes que hasta yo seguro adopté cuando era más joven y no tenía canas en el pelo.

Lo primero que quiero expresar es que yo me siento entrenador de formación. Ser entrenador de formación es diferente en algunos aspectos a ser entrenador profesional. Por supuesto que quiero ganar como cualquier entrenador, pero no puedo usar las mismas armas que los entrenadores de equipos profesionales, no vale todo. Mi objetivo fundamental es conseguir que mis jugadores progresen, sean mejores individualmente, tácticamente, que conozcan mejor el juego, educarlos deportivamente y sacarles el mayor rendimiento pero siempre pensando en su futuro.

Cuando os digo que no todo vale para ganar me refiero, por ejemplo, a que no debo hacer que el alero alto de más de 2 metros juegue en la posición de pívot porque es más fuerte y coordinado que el pívot del equipo de 2,10 y así puedo ganar el partido. Todo lo contrario. Debo poner a ese alero de escolta para que tenga que defender a un jugador más pequeño y rápido que él, para que también deba subir el balón alguna vez o juegue pick and roll. Debo hacer que los jugadores grandes de 2,05 – 2,10 jueguen muchos minutos aunque sean patosos y no estén coordinados, aunque tengan dificultades para defender al pívot contrario más pequeño, aunque por ello podamos perder el partido.

Como os digo, no todo vale. No vale hacer 40 minutos de zona porque sé que el equipo contrario no va a meter sus tiros de 3 puntos o jugar con 8 jugadores porque tengo 4 jugadores que no tienen el nivel para ganar el partido, aunque vengan a entrenar todos los días y se dejen el alma en el entreno. Tengo que conseguir ganar, por supuesto, y quiero ganar como el que más. Pero no puedo incumplir ninguna de estas normas que os pongo como ejemplo.
Por supuesto que soy el hombre más feliz del mundo cuando he conseguido ganar un Campeonato de España, pero soy mucho más feliz cuando alguno de mis jugadores consigue algún premio individual porque yo trabajo para ellos y para su mejora individual y ese es mi objetivo fundamental.

Yo intento ser autocrítico conmigo mismo para intentar conocer qué errores cometo. Para mí lo más importante es poner toda la ilusión y el compromiso en este trabajo que desempeñamos con jóvenes jugadores, entregarte y poner todo tu corazón en lo que haces y creer en ello. Pero nunca olvidar que seguro que cometes errores y que debes darte cuenta de esos fallos para poder corregirlos.

Los entrenadores debemos ofrecer soluciones en forma de recursos tácticos a nuestro equipo cuando el equipo rival nos plantea “trampas” que nuestros jugadores no saben leer. Para ello debemos tener una gran capacidad de concentración en el juego para identificar cuáles son esos problemas que te plantea el rival y qué quiere conseguir el entrenador contrario. Pero sobre todo, debemos conocer muy bien el juego para saber leer lo que sucede en cada momento.

Los jugadores jóvenes normalmente, salvo casos muy excepcionales, no saben qué cosas deben hacer y qué cosas no deben hacer. Ellos no se dan cuenta de las cosas que hacen mal. Somos nosotros los entrenadores los que debemos decirles y guiarles marcándoles las cosas que pueden hacer y corrigiéndoles cada vez que hacen algo que está mal y que no deben repetir. Por el contrario, ellos normalmente sí saben cuando hacen algo bien y esto debemos utilizarlo para potenciarlo y que sean capaces de repetirlo más veces.

Encuentro muchos entrenadores que, en partidos de cantera o formación, en sus tiempos muertos le dicen a sus jugadores ¡es que no defendemos nada! Seguro que tienen razón y su equipo va perdiendo porque no están defendiendo como deben. Pero, ¿alguno de esos entrenadores se ha preguntado por qué su equipo no defiende? ¿Es que sus jugadores son tan vagos que no les gusta defender? ¿Es que sus jugadores no quieren defender? ¿O es que esos jugadores NO SABEN defender? Y a eso voy. Si los chicos no saben defender 1x1, por ejemplo, seguro que será porque nosotros no hemos sabido enseñarles como defender 1x1. Si no saben cómo defender el pick and roll, por ejemplo, que nos plantea el equipo rival quizás sea porque nosotros no les hemos enseñado cómo deben defender ese pick and roll.
¿Esos entrenadores se plantean que si su equipo no defiende es por culpa de ellos? Esta reflexión es muy importante. Los jugadores van todos los días a entrenar. En muchos casos pagan hasta por entrenar con nosotros. Son “esponjas” con una enorme ilusión por adquirir conocimientos de un deporte que les fascina y, en muchísimos casos, es su entrenador aquella persona a la que más admiran. ¿Cómo que tus jugadores no saben defender si tu trabajas defensa y les has enseñado cómo defender el 1x1 con balón o la defensa del pick and roll? ¿Cómo que no defienden 1x1 si ellos van a hacer todo lo que tú digas y como tú digas porque además de ser su entrenador, ellos te admiran?

También encuentro entrenadores que cuando su mejor jugador es superado en 1x1 recriminan al jugador que está en el lado de ayuda que no parara la ventaja que consiguió el atacante con balón por culpa de la mala defensa de tu jugador “franquicia”. Pero, sin embargo, cuando es a ese mismo jugador que antes estaba en el lado de ayuda es al que superan 1x1 y es ahora tu mejor jugador quien debe ayudar, el entrenador recrimina al defensor del 1x1 con balón…¿Por qué? ¿Por qué intentamos proteger a nuestros mejores jugadores? Bajo mi modesto punto de vista debemos hacer todo lo contrario. De primeras, debemos tratar a todos por igual puesto que esto es un juego de equipo aunque después cada jugador tenga su rol definido dentro del juego del equipo. Pero si hay que ser más exigente con alguien, si hay algún jugador al que no debemos dejarle pasar ni una, ese debe ser el jugador con más futuro, aquel en el que nosotros y nuestro club tiene ilusión para que siga progresando o tenga una posibilidad de futuro en el baloncesto.

Veo entrenadores que ponen el alma en cada entreno. Gritan sin parar, se mueven, son muy intensos, corrigen, abroncan sin parar… cuando acaban el entreno están muertos de cansancio sintiéndose muy bien porque han sudado el polo de entrenador. Sienten que han hecho un gran trabajo. Pero, ¿se pararon a pensar si sus jugadores trabajaron igual de intensos que el entrenador? ¿Sus jugadores están igual de cansados que él o podrían entrenar 2 horas más? Pues la respuesta a estas preguntas es la clave de si hiciste un buen trabajo o todo el esfuerzo físico que tú hiciste no valió la pena si tu equipo no trabajó a la misma intensidad que tú. Y llego más lejos aún, ¿tu equipo necesita que tú hagas un esfuerzo intenso en el entreno, que no dejes de gritarles, para que trabajen con intensidad? ¿Sólo son intensos si tú estás “empujándolos” con la voz? ¿Qué pasará el día que tú no estés intenso en el entreno o el día que estés enfermo y no puedas ir a entrenar y sea tu segundo entrenador quien dirija la sesión? ¿Qué pasará cuando la temporada siguiente cambien de entrenador porque pasaron a otra categoría?

Hay entrenadores que cuando un jugador está “medio sólo” y tira a canasta esperan a ver si entra el tiro o no para corregir a su jugador. Si el tiro entra aplauden el lanzamiento pero si fallan les piden al chico que de un pase más al compañero que está totalmente sólo. ¿Por qué? Si el tiro está mal porque había otro compañero completamente sólo, está mal y da igual si entró o no el balón. Esa no es la cuestión importante sino que jueguen el pase más para que tire quien verdaderamente está sólo.

Igualmente pasa cuando un jugador está completamente sólo, tira a canasta y falla. Entonces el entrenador le dice que debió penetrar al aro. ¿Por qué? ¿No estaba totalmente sólo? Si llega a meter el tiro, ¿qué hará el entrenador? ¿Aplaudirle? ¿Por qué hay que esperar a que el tiro no entre para corregir o aplaudir la decisión que tomó el jugador, correcta totalmente puesto que estaba sólo?

Hay entrenadores que hacen que sus equipos defiendan en zona 30 – 35 minutos por partido. ¿Por qué? ¿Es que pensamos que así ganaremos el partido? ¿Es que hemos decidido que nuestros jugadores no tienen capacidad de poder defender individual? ¿O es que somos nosotros los que no tenemos capacidad para hacer que nuestro equipo sea capaz de defender individual y de mejorar en esta defensa y nos sentimos más cómodos haciendo una defensa en zona? Y por otro lado, ¿cómo es nuestra defensa zonal? ¿Qué normas tiene? ¿Qué ajustes son importantes en función de las características de nuestros jugadores? ¿O es que simplemente copiamos una defensa zonal que leí en un libro o vi en internet? O peor aún, los pongo dentro de la zona a los 5 jugadores sin ningún movimiento para que estén bien cerraditos y permitimos todos los tiros del equipo rival.

Y por último, ¿Cuántas veces nos hemos puesto a reflexionar sobre qué han aprendido nuestros jugadores de nosotros? ¿Hemos conseguido que sean mejores jugadores y mejores personas? Y mejor incluso, ¿les habéis preguntado alguna vez esto a ellos?

Bueno, me dice la azafata que debo apagar el portátil porque vamos a aterrizar. Espero que no os sintáis reflejados en los ejemplos que he puesto ya que eso querrá decir que no sois tan buenos entrenadores de formación. Pero con eso no quiero decir que si alguna vez os comportasteis así es porque sois malos entrenadores. Seréis malos entrenadores si ahora, después de pensar en ello, no sois capaces de corregir esa forma de actuar y lo volvéis a repetir.

Yo con haberos hecho reflexionar, intentar que comprendáis lo importante de ser autocritico y escribir un rato de algo que me apasiona, el baloncesto, ya estoy feliz.

Un saludo a todos y nos vemos en las canchas.

Francis Tomé
Entrenador Ayudante Clínicas Rincón Benahavís

No hay comentarios:

Publicar un comentario