sábado, 22 de diciembre de 2012

DESDE "NUEVO BASKET"

SURRALLÉS, EL BASKET RETRATADO

Vivir en la frontera

Mar Meneses y Pere Ferreres

PERE FERRERES
 
“Unas fotos icónicas”

Vive en la frontera entre el arte y el periodismo. José Luis García Surrallés es fotógrafo, juega a ping-pong, toca la guitarra clásica y es pesebrista, en el sentido literal de la palabra (preside l’Associació d’Amics del Pessebre de Badalona, ciudad donde nació en 1946, y cuando llega Navidad construye una exposición única de dioramas).
 
Su primera foto de basket es de un Sant Josep – Askatuak, con Essie Hollis en la pista. Al acabar el partido, “El Helicóptero” se dejó retratar con las dos hijas de Surrallés, Eva y Roser, que eran unas crías. Ya no paró. Publicó en El Correo Catalán, del que guarda un grato recuerdo, especialmente de Albert del Diestro. Hacía las fotos oficiales del Joventut. Y al nacer Gigantes, se incorporó al proyecto y suya fue la primera portada: Greg Wiltjer (Barça) y Fernando Martín (Real Madrid).
 
Surrallés es un hombre muy querido por todos. Un día, en un Catalunya – Croacia, cuando sonaban los himnos, Drazen Petrovic salió de la formación y se fundió en un abrazo con él, que le había hecho su primera foto como madridista tiempo atrás. De los jugadores actuales siente debilidad por Ricky Rubio. La página web del base está llena de fotos suyas. “Ricky es como un nieto”, me dice mientras apuramos el café.
 
Dice que se ha jubilado pero que hace de becario en la Penya. “He hecho al revés que todos. La gente empieza de becario y yo he terminado de becario”. Siempre amó la tranquilidad, incluso cuando se tenía que ganar la posición en la pista. “Como soy pequeñito y no podía utilizar el cuerpo, siempre iba por debajo”.
 
Pequeñito, pequeñito, no sé qué decirte. Surrallés es muy grande, Mar.
 
 
 
 
 
MAR MENESES
 
"Poesía disparada con una cámara"
  
Son imágenes que captan la pasión del basket, que detienen el tiempo, Pere. Las fotos de José Luis García Surrallés aportan una nueva mirada más allá de lo inmediato. Hace las fotos porque las siente. La cámara se le dispara sola.
Ha vivido sin perder nunca de vista hasta dónde podía llegar. Y en su oficio, tiene un gran prestigio, que se ha ganado con su honestidad, al no haber dado nunca gato por liebre. Suele decir que las fotos malas las tiraba al mar, que tenían el entierro pagado.
 
Ha retratado toda la trayectoria de Ricky Rubio hasta llegar a la NBA, quizás las imágenes más dulces de todas. Convirtió fotos suyas en iconos memorables. Conseguir una imagen emocionante permite trascender épocas y fronteras. Cristina Spengler, fotógrafa de guerra, dijo que la fotografía está en el corazón, en la imaginación y en la inteligencia. La guerra de Surrallés es el basket, pero con la misma paciencia y ojo clínico.
 
Pasará el tiempo, y entenderemos que sus imágenes son como una invención. Su obra es un alegato al buen gusto. Trabaja por la memoria visual del basket.
Tener retratos de Surrallés es tener una poesía disparada con una cámara de fotos. Yo tengo la suerte de tener fotos suyas. Gracias, José Luis.

( *Esta revista Gigantes, la tenemos en nuestra colección, Paco Cañero.)

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