¿Vacaciones en verano?
Por Mario Fernández
Hoy me gustaría compartir con vosotros lo que hacen los
jugadores cuando llega el verano, una época del año tan deseada como
confusa. Deseada porque después del ritmo competitivo acumulado
durante la temporada siempre es de agradecer disponer de tiempo
libre como para que uno pueda decidir lo que hacer, con quién hacerlo y
cómo hacerlo. Y confusa porque a pesar de que sean
vacaciones, cada cual debe comprometerse consigo mismo para seguir
entrenando aún y sabiendo que no tiene la obligación expresa de hacerlo.
Como en todo, se ha ido evolucionando en las formas y métodos.
Una de las opciones más usuales es la de contratar a un entrenador
personal con el que poder trabajar tres o
cuatros días a la semana sabiendo que hay una persona que se dedica
única y exclusivamente a ti.
Otra posibilidad cada vez más recurrente es la de irse a USA
un par de semanas para poder entrenar con un grupo de jugadores de
diferentes ligas europeas e incluso
NBA. De hecho, Taph Savané es uno
de los precursores de este método y posiblemente sea uno de sus
“secretos” ya que siempre vuelve con algún detalle técnico
adquirido además de un excelente estado físico. ¡¡¡Sólo hay que
verlo!!!
Ahora bien, lo que si me gustaría destacar a parte es lo que
se vive en las pistas anexas del Olímpic de Badalona
durante este período estival. Es el claro
ejemplo del arraigo que vive Badalona entorno al
baloncesto. Para la gente que no ha pisado nunca el Olímpic,
les diré que justo debajo de las gradas donde los
espectadores pueden sentarse para ver la pista central (la que sale
por TV) hay dos pistas internas en las que se puede entrenar a la
perfección.
Pues bien, allí se dan cita muchas mañanas y tardes jugadores
profesionales de todas las categorías. En un mismo entrenamiento podían
coincidir Sergi Vidal, Albert
Miralles, Jordi Trias, Jaume Comas,
Albert Oliver, Ferran Laviña, Raül
López, Albert
Moncasi, Quino Colom, Pere Tomás,
el veterano Nate Higgs, Josep Franch…
En definitiva, pocos jugadores catalanes
(por aquello de la proximidad) son los que no han pasado alguna vez
por las anexas del Olímpic. ¡¡¡Qué gozada!!!
Cambiando de tercio, pero no de tema, hace unos veranos tuve
la suerte de poder entrenar en solitario con Randy Knowles
durante una semana. Nos puso en contacto
Alfred Julbe -al que me gustaría dedicarle un post
entero- y llegamos rápidamente a un acuerdo.
Cada día a las 8 de la mañana empezábamos con entrenamiento
físico, seguido de bote y técnica individual para acabar la última hora y
media con tiro. Pero tiro desde todo tipo de situación
imaginable: tras bote, simulando bloqueos, en estático, en
transición, por sorpresa, etc…
Cada sesión la grabábamos en video para que al final de cada
entrenamiento pudiéramos tomarnos un Aquarius mientras
veíamos las rectificaciones pertinentes. Muchas
rectificaciones, muchísimas. Randy es una persona
detallista al milímetro. Dicho sea de paso, compartir con él unas horas
es un privilegio ya que es una auténtica enciclopedia de
experiencias baloncestísticas.
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