Historia de un dilema de difícil solución
Desde: "TIRANDO A FALLAR"
Marzo de 2010. Nikola Mirotic obtiene
la nacionalidad española por carta de naturaleza. El ala-pívot natural
de Montenegro es jugador del Real Madrid desde hace 5 años, aunque esa
temporada juega cedido en el Palencia (LEB Oro). Las habilidades
baloncestísticas del chico prometen mucho y la FEB se frota las manos
ante la posibilidad de poder reclutar para su causa a una de las perlas
del baloncesto balcánico. Mirotic bien podría ser uno de los puntales de
la selección absoluta en un futuro no muy lejano.
Julio de 2011. Un año y cuatro meses después, el Consejo de Ministros
español aprueba una nueva nacionalización referente al baloncesto
nacional. El protagonista vuelve a ser un ala-pívot, esta vez procedente
de El Congo africano. Su nombre es Serge Ibaka y su
pasado profesional va ligado irremediablemente al baloncesto español.
Fue en Cataluña (sobre todo en L’Hospitalet y Manresa) donde Serge
maduró como jugador y como persona. Esa madurez posibilitó su llegada a
la NBA de la mano de Oklahoma City Thunder. Una segunda temporada muy
satisfactoria en el Oeste americano es, junto con su formación en
España, el acicate que lleva a la FEB a transformar a Ibaka en español a
todos los efectos. El congoleño sería un refuerzo de lujo para el juego
interior de la selección de cara al próximo Eurobasket de Lituania.
Hasta aquí, todo muy idílico. Los problemas llegaron cuando,
casualmente, los destinos de Mirotic e Ibaka se cruzaron. Fue entonces
cuando salió a la palestra la norma que sólo permite un jugador
nacionalizado por selección en las actas de los partidos. A Sergio
Scariolo le tocaba elegir. Mirotic o Ibaka: misma posición, pero
distintas cualidades. Vayamos por partes.
MIROTIC: jugador de claro corte ofensivo. Notable
tiro exterior, buen hacer en la zona, portentoso anotador si se le dan
galones y sangre fría en el “clutch time”. Últimamente se prodiga como
‘4’ abierto, variante que está de moda en nuestro baloncesto (que se lo
digan a Pau Gasol).
IBAKA: jugador de perfil defensivo, aunque cada vez
va a mejor en el aspecto ofensivo. Intimida a raudales en su canasta,
tapona con la facilidad con la que un base realiza una asistencia y es
buen reboteador. Físico excepcional. Curtido en el arte del mate, sus
puntos llegan en buena parte cerca de la canasta. ‘4’ que no abandona la
pintura, es decir, de los de toda la vida.
Mirotic, apuesta por el ataque; Ibaka, apuesta por la defensa. Así lo
debieron ver Scariolo y sus ayudantes en el verano de 2011.
No obstante, la encrucijada desapareció al disputar Mirotic el
Europeo sub20 de Bilbao con la selección española. Un escaparate
estupendo para demostrar toda su valía (había conseguido un bronce
europeo con el equipo el año anterior, pero una lesión de tobillo mermó
su actuación). Victoria en el torneo y MVP para Mirotic gracias a unos
espectaculares 27 puntos y 10 rebotes de promedio. El jugador de origen
montenegrino cerraba así una temporada en la que también había logrado
ganarse un puesto en el primer equipo del Real Madrid, con varias
actuaciones destacadas ante rivales de primer nivel. ¿Por qué
desapareció entonces el problema con la absoluta? Porque nadie en su
sano juicio disputaría dos grandes torneos de selecciones en un mismo
verano (excepto el lituano Valanciunas, que estuvo en Bilbao y estaría
en Lituania) y también porque Mirotic sabía de sobra que Ibaka sería el
elegido para acudir al Eurobasket. Scariolo jugó la táctica del
beneficio de la duda de cara a los focos para ser políticamente correcto
con el chaval. La NBA siempre tira más que la liga de casa, está claro.
La FEB consiguió lo que quería: llevar a Ibaka con los mayores y
tener contento (o eso se creía) a Mirotic en el último equipo previo a
los mayores. El juego interior español ya iba servido de anotadores (los
hermanos Gasol) y Felipe Reyes ya no estaba para ser el único interior
defensivo del equipo. Se necesitaba frescura a la hora de realizar el
juego sucio en la pintura (siempre tan menospreciado, pero necesario) e
Ibaka la aportó durante el torneo. Aun así, quedó un regusto amargo en
el ambiente. Serge jugó menos minutos de los que afición y prensa
esperaban y su mejor partido llegó en la final, precisamente el día de
su 22º cumpleaños. Su Eurobasket fue aceptable, sin más. A pesar de
todo, el jugador parecía agradecido por la oportunidad brindada por la
FEB (saldada con un oro) y se conformaba con lo hecho. Al menos, Serge
daba esa impresión de puertas para afuera.
Un año después, llegan los Juegos Olímpicos de Londres. No habrá
Europeo sub20 que salve a Scariolo y a la FEB en esta ocasión. Bueno, sí
lo habrá, pero sin Mirotic, que ya cuenta con 21 años y no puede
participar. Cuando parece que el dilema volverá a surgir, uno de los
implicados toma la palabra:
“Descarto ir a los Juegos. Lo veo muy difícil porque no pueden ir
dos nacionalizados; porque Ibaka ya estuvo en el Europeo, lo hizo muy
bien y el equipo ya se acostumbró a su juego; y porque Ibaka se merece
ir antes que yo. No creo que fuera si me llamaran como invitado. Tengo
cosas que mejorar este verano“.
Nikola Mirotic se autodescarta así del equipo nacional con estas declaraciones a la revista Gigantes del Basket.
Finales de abril. El ala-pívot del Real Madrid todavía no sabe que
Ibaka será subcampeón de la NBA con Oklahoma y que se convertirá en el
máximo taponador de la liga en temporada regular. Por su parte, Mirotic
mejorará los números del anterior curso en la Liga Endesa, pero su salto
de calidad no será tan amplio como se esperaba. Curiosamente, los dos
protagonistas de esta historia compartirán equipo durante dos meses
debido al cierre patronal de la liga estadounidense. El problema no
venía (ni viene) de una mala relación entre Mirotic e Ibaka, como se
puede ver en la fotografía.
Llega el mes de julio, y con él la cita olímpica de Londres. La gira
preparatoria parece indicar que Ibaka gozará de mayor protagonismo en el
combinado nacional en esta ocasión. Nada más lejos de la realidad. Ya
en competición, vuelve a sobrevolar el ambiente la sensación de que el
congoleño es infrautilizado por Sergio Scariolo (es el séptimo jugador
del equipo en minutos disputados). La actuación de Ibaka durante el
campeonato es igual de discreta o más que la que cuajó en Lituania. Una
nueva medalla (esta vez de plata) cura todos los males. O eso parece.
Ocho días después de la conclusión de los Juegos, cuando todo parece
estar en apacible armonía, saltan a la palestra unas declaraciones en
forma de aviso de Danilo Mitrovic, director de las selecciones masculinas de baloncesto de Montenegro:
“Creo que Nikola Mirotic está un poco enfadado con la FEB porque
no formó parte de la selección española en los Juegos Olímpicos. Su
puesto se lo dieron a Serge Ibaka y por eso está disgustado. Contacté
con la FIBA y con Zoran Radovic, el responsable de estos asuntos, y me
dijeron que sería suficiente con que Mirotic expresase por escrito, en
una petición formal, su deseo de jugar con Montenegro. No habría nada
que preguntar a España, que nos secuestró al chico y lo registró de
manera incorrecta. La FIBA multó a la FEB con 183.000 euros”.
Estas declaraciones de Mitrovic al portal Vijiste.me (traducidas por TUBASKET.com)
sólo podían significar una cosa: lío al canto. Unas horas después de
hacerse públicas estas palabras, Mirotic ofrece su propia versión de los
hechos en una entrevista concedida a la emisora radiofónica Onda Madrid:
“Quiero jugar ya con España. No quiero esperar más ni ir
a la selección española cuando ellos quieran, cuando falte alguien. Me
gustaría ir para ser importante. Sí hay una posibilidad de que juegue
con Montenegro, pero aún no lo sé”.
Los problemas para la FEB no acaban aquí. Luis Fernando López, periodista del diario El Mundo, expone en su blog Pressing el malestar que Serge Ibaka arrastró durante todo el torneo olímpico:
“Su enfado fue público, y clandestino, durante los Juegos. Tras
los entrenamientos de la selección, mientras el resto de jugadores
compartía café o fruta, el pívot de los Thunder ponía toda la distancia
posible. El día antes de la final, por ejemplo, esperó solo en el
autobús, durante media hora y con la mirada ardiente. La tarde previa a
las semifinales deambulaba por un sembrado cercano a la cancha,
gesticulando de forma nada amistosa mientras hablaba por teléfono. Y
cada tarde, después de las sesiones de trabajo, cruzaba entre el puñado
de periodistas y sólo un suicida se hubiese atrevido a frenarle. Esa
rebeldía no se dirigía contra sus compañeros, sino contra el
seleccionador, Sergio Scariolo. El pívot de origen congoleño se sentía
infrautilizado y cuestionado en su rango. “Si las cosas siguen así, yo
no vuelvo”, reconocía a sus íntimos antes de la final”.
Así están las cosas a día de hoy. La FEB tiene a dos jugadores
nacionalizados muy prometedores enfadados a más no poder con la
institución: uno por no ser convocado, el otro por no jugar lo
suficiente. ¿Hay solución a la vista? Quién sabe. Quizá se podría
experimentar en próximos torneos con la fórmula que está empleando Azerbaiyán con sus cuatro jugadores nacionalizados (Jaycee Carroll, Nik Caner-Medley, Spencer Nelson y Chuck Davis)
en el Preeuropeo: que cada día juegue el que más convenga a las
necesidades del encuentro. ¿Podrían Mirotic e Ibaka sobrellevar esta
situación? No lo sé, pero ahora mismo ésta parece ser la única solución
para tener a ambos jugadores en el equipo y contentos (¿o no?). Lo que
está claro es que no se puede dejar escapar a estas dos promesas del
deporte de la canasta. 21 y 22 años respectivamente, mucho baloncesto
que ofrecer todavía. No cometamos un error del que podríamos
arrepentirnos en el futuro, que, a fin de cuentas, será el que proveerá.
PD: he aquí un pequeño extracto de opinión. Veo más
lógico el enfado de Ibaka, totalmente fundamentado. La frustración de
Mirotic me parece más digna de rabieta de niño pequeño. Él mismo se ha
borrado del equipo antes de que se hicieran públicas las dos últimas
convocatorias de la selección. Incluso podría haber sido de la partida
este verano en la selección B de no haber sido elegido para ir a
Londres, lo cual le habría venido bien para no perder comba. Niko tiene
que comprender que la función que él desarrolla en la cancha es muy bien
realizada en el equipo nacional por Pau Gasol ahora mismo y que prima
más reforzar la parcela defensiva (de ahí que Ibaka ocupe su puesto). No
puede pretender ser el nuevo líder de la selección desde su primer
partido con la absoluta. Todavía tiene mucho trabajo por delante, como
ha demostrado en sus dos últimas campañas en el Real Madrid. Le sobran
calidad y talento, pero debe adquirir mayor regularidad para convertirse
en una estrella y consolidarse. No me cabe duda de que Mirotic será uno
de los hombres destacados de la selección en el futuro y seguro que su
primera convocatoria no tarda en llegar. Sin embargo, Niko debe recordar
que la paciencia es siempre buena consejera. No puede ser el nuevo “Pau
Gasol” de España (que puede serlo perfectamente) cuando éste aún vista
la camiseta de la selección. Su momento llegará, de eso no hay duda,
pero debe llegar paso a paso.
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