No quiero despertar
Por Joan Cerdà
La reputación del Playoff sigue creciendo
como la espuma, generando interés y audiencia. No sufrimos ACB
Pressing Catch, los respectivos medios
encajan con flema británica las derrotas, hay pasión y emoción, me
he pellizcado y no me he despertado. Pero parece un sueño.
El triunfo del Barcelona, por el que nadie
hubiera apostado, lleva por senderos de gloria este final de temporada.
Ya no importa cuál de los dos equipos se lleve el trofeo.
Por caminos diferentes ambos han llegado cargados de mérito a un
último asalto sin pronóstico. Lo único que cabe lamentar es que la final
no se juegue al mejor de siete partidos.
Los caminos de Barcelona y Madrid
convergen. De la épica ha salido un planteamiento novedoso por parte
azulgrana. Esta zona creo que no la había visto en
toda la etapa de Xavi Pascual. Esto me lleva a
recordar a Ignacio Pinedo, capaz de jugarse un
encuentro con una defensa que no había sido entrenada previamente y
admitirlo con una sonrisa.
El mejor juego y el mejor momento físico del Real
Madrid, en cambio, tendrá que tirar de épica para imponerse en
el quinto partido y superar el golpe anímico y el escenario
adverso. De verdad, no hay pronóstico. Cualquiera de los dos podrá
ganar. Los aficionados ya hemos ganado con esta serie.
Espero también que esta serie final ponga de manifiesto el
diferencial sentimental con la final de la NBA. Un
magnífico espectáculo, sin duda, el que ofrecen
Oklahoma y Miami. Tampoco se trata
de ofertas excluyentes pero tras aguantar toda la temporada el NcortaBpegA,
me siento mucho más cercano e
identificado con nuestros equipos ACB.
Sáez, emulando al viajero Rajoy,
se va a Munich en el AirFeb
One con la que
está
cayendo aquí y tras una tarde de frenético Tablero
Deportivo en su Twitter
Presidencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario