FC Barcelona - Real Madrid ¡Increíble! Sin favorito
Pablo Laso ya ha conseguido tres detalles que no
acumuló un entrenador victorioso y reputado como es Ettore Messina:
ganar la Copa del Rey, meterse en la final de la Liga Endesa (algo que
desde que en la primera temporada con Joan Plaza en el banquillo, la
2006/2007, no se logró) y encandilar a su público con un baloncesto vivo
y veloz. Eso sí, a Pablo Laso le ha faltado pasar el Top 16 de la
Euroliga para haber completado una temporada cercana a la matrícula en
su primera prueba de fuego como entrenador.
Por su parte, Xavi Pascual ha llevado al Barcelona a
todos los puestos que se le presuponían (obtención de la Supercopa,
final de la Copa del Rey, F4 de la Euroliga y ahora final de la Liga
Endesa) por la excepcional calidad de su plantilla (dejar sin ficha por
exceso de comunitarios a un pívot de 2.17 metros como Kosta Perovic
demuestra bien cómo es la amplitud de la misma).
Después del encuentro del 3 de mayo en la jornada 33 de la primera fase (86-83 para el Barcelona), quedaron pocas dudas sobre un aspecto: si se volvían a encontrar estos dos equipos en la final de la Liga Endesa, íbamos a tener muchísimos alicientes. Y no sólo porque es el clásico de la competición, porque ha habido veinte enfrentamientos en la final desde la temporada 1956-1957 (catorce victorias en la liga para el Real Madrid y seis para el Barcelona) y porque hay mucho hambre de título por parte de ambos equipos: el Barcelona quiere evidenciar que no se ha cerrado ningún ciclo y Navarro quiere mantener su trono a pesar de la fascitis; mientras que el Real Madrid desea demostrar que la reconstrucción hacia un equipo joven empezada en la 2010/2011 marcha por muy buen camino. El balance entre ambos equipos de dos victorias para cada uno (el Real Madrid triunfó en la jornada 14 y en la final de la Copa del Rey, mientras que el Barcelona derrotó a los blancos en la semifinal de la Supercopa y en la jornada 33 de la primera fase). Máxima igualdad y no hay un favorito.
Dos estilos contrapuestos
Es más, no nos desaventuraríamos si explicásemos que son dos equipos muy contrapuestos. El Barcelona cada vez se ha convencido más de que no es imprescindible jugar rápido en las transiciones para ganar los partidos porque siempre confiará en su excepcional retaguardia...
... Más información en la revista GIGANTES.
YA EN TU QUIOSCO
Después del encuentro del 3 de mayo en la jornada 33 de la primera fase (86-83 para el Barcelona), quedaron pocas dudas sobre un aspecto: si se volvían a encontrar estos dos equipos en la final de la Liga Endesa, íbamos a tener muchísimos alicientes. Y no sólo porque es el clásico de la competición, porque ha habido veinte enfrentamientos en la final desde la temporada 1956-1957 (catorce victorias en la liga para el Real Madrid y seis para el Barcelona) y porque hay mucho hambre de título por parte de ambos equipos: el Barcelona quiere evidenciar que no se ha cerrado ningún ciclo y Navarro quiere mantener su trono a pesar de la fascitis; mientras que el Real Madrid desea demostrar que la reconstrucción hacia un equipo joven empezada en la 2010/2011 marcha por muy buen camino. El balance entre ambos equipos de dos victorias para cada uno (el Real Madrid triunfó en la jornada 14 y en la final de la Copa del Rey, mientras que el Barcelona derrotó a los blancos en la semifinal de la Supercopa y en la jornada 33 de la primera fase). Máxima igualdad y no hay un favorito.
Dos estilos contrapuestos
Es más, no nos desaventuraríamos si explicásemos que son dos equipos muy contrapuestos. El Barcelona cada vez se ha convencido más de que no es imprescindible jugar rápido en las transiciones para ganar los partidos porque siempre confiará en su excepcional retaguardia...
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Fuente: www.gigantes.com
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