Artículo muy interesante que viene en la revista de esta semana, firmado por su director PACO TORRES.
Opinión
Opinión
Por Paco Torres
Director
nuclear’ como definió a la posible e indeseada situación de una temporada sin NBA Kobe Bryant. Habrá temporada con una regular season de 66 partidos en vez de 82 y veremos cuáles son las repercusiones y consecuencias de esta guerra de tantos meses. Habrá que comprobar cómo reaccionan los aficionados, si van a las canchas como antes o se retraen, si esa ‘pelea de millonarios contra multimillonarios’ como la definió el presidente Barack Obama, ha cabreado a los que de verdad sostienen ese tinglado llamado NBA. Se enfrentarán ahora los jugadores a un periodo de ajustes que notarán en primer lugar aquéllos que tengan que negociar ahora contratos –los agentes libres como Marc Gasol o Kirilenko– porque las condiciones van a ser mucho más duras que en junio pasado. Luego lo irán sufriendo en sus carnes los demás según tengan que ir renegociando sus contratos y habrá crujir de dientes cuando los que tengan que sentarse a la mesa sean los grandes jugadores que pertenezcan a un mismo equipo: Miami Heat, para entendernos. Hay quien considera que este nuevo convenio es anti-Heat y anti aquellos equipos que pretendan hacer lo mismo que el equipo de La Florida. A partir de ahora, eso de acaparar a estrellas como LeBron, Wade y Bosh va a ser imposible. Suerte tienen aquellos jugadores que firmaran sus contratos a finales de la temporada pasada o los que, como Ricky Rubio, se haya comprometido por 4 años como rookies. Los rookies que vienen lo van a tener mucho más crudo y quién sabe si este convenio
no termina siendo favorable a una Europa –porque los jugadores pueden ganar en algunos casos más aquí– que ahora se lamenta por las estrellas que está a punto de perder. Se lamentan aquellos que han reforzado sus plantillas con jugadores NBA que ahora, indefectiblemente, dejarán grandes huecos cuando el día 9 estos tengan que incorporarse a sus respectivos equipos.
Así, mientras que en Estados Unidos la actividad va a ser frenética a partir de ahora, aquí se va a vivir un periodo de depresión, ayunos como estaremos de una serie de estrellas a las que nos habíamos acostumbrado. ¿Qué harán ahora los clubes que como el Real Madrid, el Efes, el
CSKA, el Nancy, etc., han acogido a extraordinarios jugadores y que ahora se quedan ‘huérfanos’ y, a la fuerza, han de notar su ausencia? Buscarán en un mercado que no tendrá
nada que ver con ese donde ellos han pescado estos meses de incertidumbre estadounidense;
ninguno de los jugadores que puedan encontrar van a poder hacer las tareas que han hecho –hacen aún estos días, pero ¡ay! por poco tiempo– los que vinieron buscando acomodo por algunos meses. Algunos de ellos van a partir a regañadientes porque les ha ido aquí muy bien, pero es lo que toca: cada uno habrá de hacer frente a las obligaciones que contrajo antes de que los propietarios decidieran acabar con los muchos privilegios que pensaban que tenían los jugadores.
Adiós pues a una Liga Endesa con los hermanos Gasol, Calderón, Rudy, Ricky, Splitter, Ibaka Dragic, y quién sabe si Nowitzki, Durant y un quizá no muy largo pero sí elocuente etcétera. Este cuento de Navidad no va a ser tan dulzón como el que muestran las diferentes películas con sello USA que se han rodado sobre la novela de Charles Dickens, pero sí habrá que convenir con que el personaje gordinflón de Papá Noel esta próxima Navidad va a quitar de aquí para hacer felices a los de allá. O lo que es lo mismo: esta vez, al contrario que en el célebre anuncio de turrones, lo que hacen los jugadores es que se nos van de casa por Navidad
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